Andrés Oliveri

Los vecinos de Pedro Bustamante y Rivera, barrio Buceo, venimos sufriendo desde hace casi cuatro años ruidos molestos ocasionados por los boliches que funcionan sobre la calle Rivera.
La nuestra, era una zona tranquila, compuesta por casas de familia y pequeños comercios que vio alterada su tranquila rutina barrial por la instalación de dos boliches: Rabioso y WazUp. Los vecinos organizados y luego de hacer muchos trámites en la IMM logramos cerrar el boliche WazUp que carecía de habilitaciones y violaba sistemáticamente los decibeles topes establecidos en la reglamentación municipal. No sucedió lo mismo con el boliche denominado Rabioso actualmente llamado Tijuana que también violó en reiteradas oportunidades la normativa municipal. Nunca tuvimos claro como la Dirección Nacional de Bomberos habilitó el local. No obstante siempre una autoridad municipal levantaba las prohibiciones que se establecían desde el SIME o Espectáculos Públicos y permitía el funcionamiento. Luego de muchas idas y venidas logramos que el boliche mejorara su aislación acústica, aunque la vecina con pared lindera hasta el día de hoy tiene inhabilitado un dormitorio de su casa por el ruido ocasionado por la música.
Pero no tuvimos ninguna respuesta al ruido social. Estuvimos en la comisaría Nº11, estuvimos con la Policía Comunitaria, con el Consejo Vecinal, intercambiamos con Conejales, con la Defensoría del Vecino y nadie tiene potestades para sancionar a los jóvenes alcoholizados que entre las 2 y 7de la madrugada se juntan en barra en nuestras veredas gritando, orinando, tomando alcohol, rodeando autos con música a todo volumen o festejando las idas y vueltas de autos con caño de escape libre como si el rugido del motor les confiriera status social. La inoperancia de los distintos organismos públicos ha ganado por cansancio al reclamo de los vecinos que de jueves a domingos de cada semana vemos alterado nuestro sueño en forma sistemática. Nos preguntamos: ¿Quién es responsable de proteger nuestro derechos?¿Se trata de legislar?, ¿Se trata de controlar la aplicación de la legislación vigente?, ¿Porqué se antepone la libertad de comercio al derecho de descansar de los vecinos si ambas cosas pueden viabilizarse? Hay sobrados ejemplos de soluciones a este problema en ciudades de otros países.
Entendemos que los jóvenes tienen el sano derecho a divertirse, no obstante nos parece que además de perjudicar nuestra salud por la interrupción sistemática de nuestro descanso, no es socialmente conveniente, ni construye ciudadanía la permisividad incondicional. No somos retrógrados ni represores por pretender organizar la forma en que todos podamos ejercer nuestros derechos.
Nos plegamos a todas las iniciativas que tiendan a solucionar esta problemática en forma definitiva. Solo queremos dormir todas las noches!!