CRÓNICA DE OTROS TIEMPOS
Escrito por Ricardo Garzón en la sección Nacionales.
Publicado el 21/11/2020 21:29:27
Por Ricardo Garzón.-
“Se integran las legislaturas con listas sábanas creadas entre cuatro paredes, listas tantas veces denunciadas, desnudadas y repudiadas por el periodista Jorge Bonica, ante el silencio cómplice y reiterado del gobierno”...
DEFENDIENDO LAS CHACRAS
Le asisten razones al Sr. Novick cuando critica a los líderes de los partidos tradicionales por esperar al balotaje para unirse a nivel legislativo, en lugar de formar una concertación de partidos como lo hizo y hace el Frente Amplio, estrategia que le permitió asumir el gobierno de la república.
Con reconocido prestigio dentro y fuera de fronteras, aunque sin sustento electoral, la historia determinará algún día la responsabilidad que le haya cabido al Dr. Sanguinetti acerca de la virtual desaparición del Partido Colorado de la escena nacional.
Hoy, cuando es palpable que el Frente Amplio corre con amplia ventaja en las encuestas para asentarse un período más en el poder, desde distintos sectores de la población toma cuerpo la propuesta de Novick, enterrada desde el vamos por blancos y colorados.
Se trata de defender la chacrita para que todo siga como está. Todos cómodos, sin mayores sobresaltos, atornillados al sillón.
Concertación de partidos, en medio de la confusión generalizada de la ciudadanía al respecto para designar un único candidato para hacer posible la salida del Frente Amplio del poder, fue tomada como una ofensa por el viejo caudillo. Éste, supérstite de los conductores políticos que exhibieron los siglos XIX y XX, le exigió “respeto” a Novick y, paternalista, dio también por ofendido y defendido a Lacalle Pou.
Es un hecho que la población está confundida, mal que le pese al Dr. Sanguinetti.
¿Cómo esconderle a la gente que si toda la oposición se une en un único partido político, en primera vuelta se saca al Frente Amplio del gobierno de la república?
¿Cómo esconderle a la gente que la conciliación posterior a las elecciones, “sobre cuatro o cinco puntos básicos”, como adelantó hace algún tiempo el Dr. Sanguinetti, ¿de hecho está determinando que ni siquiera el Partido Colorado crea posible el desplazamiento del Frente Amplio del poder?
En la defensa de las chacras conquistadas, tronos de la edad media, gobierno del después, constituye una linda manera de reconocer por anticipado la derrota electoral.
Asesores políticos y periodísticos consultados, calificaron de utopía la posibilidad de formar un gobierno de unidad, siquiera de entonación, en instancia previa a las elecciones.
Se ha rechazado de plano la creación de un Partido de la Concertación.
No se habla del tema. Los legisladores y candidatos de los partidos están atrincherados en sus chacras, blandiendo la Constitución para lo que les conviene.
Es muy fuerte la herencia caudillista, basada antes de la Ley Fundamental en mecanismos informales y difusos de reconocimiento del liderazgo por parte de los pueblos que integraban el territorio. En ese entonces, fueron tierras defendidas hasta la muerte por aquellos ciudadanos que enfrentaron al invasor, y que regaron con su sangre el suelo de la patria.
Los años degeneró el concepto. Yendo a raíces, el poder de los caudillos decimonónicos se basaba en el apoyo de fracciones importantes de las masas populares y campesinas.
Hoy se ha desvirtuado a extremos el rol de los políticos. Se integran las legislaturas con listas sábanas creadas entre cuatro paredes, listas tantas veces denunciadas, desnudadas y repudiadas por el periodista Jorge Bonica, ante el silencio cómplice y reiterado del gobierno y de los legisladores otarios que, además, se hacen los distraídos. Por algo las elogiaron Lula y Cristina Kirchner.
Son listas que confunden indecentemente a la población, inmundas, y arrojan que los suplentes de los suplentes, políticos y ciudadanos pudientes que no alcanzaron escaños relevantes, accedan por esta vía a las legislaturas, a los ministerios y a los entes del Estado.
A dedo de caudillo; nadie los votó. Nadie los conoce, pero están entronizados en los cargos: son senadores, son diputados ignotos, ineptos y desconocidos.
En soledades, y entre otros pocos, los candidatos reivindican en posturas egoístas su rol de conductores envueltos en la corrupción política generalizada de la hora.
El poder no solamente corrompe: delata. Y en el tema que nos ocupa están todos delatados. Es notable el deterioro del sistema político uruguayo, que ha aparejado la creciente e incontenible falta de respeto en el electorado.
Los irrespetuosos ante la ciudadanía confundida son los candidatos.
En lugar de tirar los bueyes la carreta, desde atrás la empujan con sus hocicos.
¡Pobre Belloni! ¡Pobre Uruguay!