A 22 AÑOS DE LA TRÁGICA MUERTE DE VILLANUEVA SARAVIA PINTO

Escrito por Daniel García Martínez en la sección Nacionales.

Publicado el 17/08/2020 02:49:12
A 22 AÑOS DE LA TRÁGICA MUERTE DE VILLANUEVA SARAVIA PINTO

El Intendente más joven que tuvo Uruguay, una “misteriosa” bala calibre 357 Magnum acabó con sus 33 años en la madrugada del 12 de Agosto de 1998 en la residencia municipal a las afueras de la ciudad de Melo.

Hombre del Partido Nacional. Lo definían como Caudillo en su pueblo, y bien que lo fue, lo viví de cerca y por eso me permito afirmarlo.

Invirtió mucho dinero en su primera campaña política que lo llevó a ser Vice Presidente de OSE con 26 años. Recorrió todo el país, cada rincón del llamado Uruguay Profundo ayudando a mucha gente carenciada.

En su Departamento, Cerro Largo, saneamiento y agua potable fue su denominador común en ese tiempo donde, más allá de ganar votos para llegar al sillón Municipal, ayudó a su gente sin importar filiación política y distancia donde faltaran los recursos. Pasaba más tiempo en el Departamento que en su oficina o en el resto del territorio. Sus llegadas imprevistas en avioneta con su medio hermano Carlos Arismendi quien se fue de este mundo antes que él.

Villa – como así se lo llamaba - era muy inteligente, siempre tenía respuesta a todo y además conocimiento de causa. Una memoria como pocos políticos que hubo en estos años. No se le escapaba nada y escuchaba a todos sin protocolos. Pasaba muchas horas en la Intendencia, trabajaba de noche incluso, había que seguirle el ritmo que era incansable. Dormía poco, lo suficiente me dijo en la última nota que le hice pocas horas antes de su muerte. Además necesitaba de dos a tres horas por día en soledad y silencio para ordenar ideas y seguir planificando el futuro de Cerro Largo. Lo tenía muy claro, lo visualizaba y los plasmaba en dibujos pedidos a sus arquitectos de cómo quería la ciudad y los pueblos.

Era de estatura baja, vestía formal siempre, termo y mate eran sus fieles compañeros. Fumaba Fiesta, y si no tenía por esas cosas que pasan, no titubeaba en pedirte uno. Llegaba de sorpresa a los medios de comunicación. En especial en radio “La Voz” de Melo donde trabajé 11 años, se instalaba a veces por las mañanas con su mate charlando con todos, no buscando entrevistas ni protagonismo, era su manera de ser. Se sentía cómodo, tanto con los Periodistas como con las Administrativas o con los Directores, no tenía problema. Siempre igual un dato nos “tiraba” de algo. Había confianza y afinidad. Y si había que informar algo mal de su gestión no hacía problema, pero lo quería saber todo hasta solucionar la situación que llevó a “tirar la información”.

Marcaba su rumbo hacia dónde iba la gestión, no dudaba en llamarle la atención al funcionario si algo no estaba como quería él. Además, tampoco tenía problema en agarrar una pala y esparcir pedregullo o embarrarse como estuviera vestido para llegar al empleado o la máquina que trabajaba en calles de un barrio, o un camino vecinal.

Recuerdo una vez que al colocarse por primera vez la carpeta asfáltica sobre un tramo de calle Ejido en la zona Norte de Melo, ante la presencia de funcionarios, técnicos, vecinos y los medios de comunicación, agarró una vara y la clavó en dicha carpeta para comprobar si estaba a la temperatura correcta. Y no lo estaba. Ahí mismo hizo un par de llamados de atención sobre la tarea que no estaba correctamente, lo que molestó a muchos de los presentes. Se había invertido mucho para que saliera mal y no tuviera el efecto deseado. Pero él era así, lo supervisaba todo y estaba en donde menos pudieran imaginarse sus funcionarios.

Al principio hubo resistencia y desacuerdos, pero de a poco todos se fueron “amoldando” a su manera de trabajo y de ser.

En Melo la mayoría de los habitantes y muchos periodistas entre los que me incluyo, nunca nos creímos lo del suicidio. Pero ante la versión oficial y sin más pruebas, fue un suicidio.

Su expediente donde la investigación no fue muy a fondo en algunos aspectos, sigue con la carátula: Saravia Pinto, Villanueva – su muerte.

Solo a modo recordatorio, Villa no se callaba nunca, enfrentó al Fiscal de Corte en ese momento, Oscar Peri Valdéz quien tenía “todo listo” para procesarlo. Tuvo algún cruce con militares, la Masonería, un Juez y un Fiscal y cierta información que comprometía a determinados políticos de su propio partido.

Van 22 años de su muerte y el silencio se hace cada vez más profundo sobre “la bala que mató a muchos” como dijo Alberto Volonté (Presidente del Directorio Nacionalista en ese momento) en su discurso en el cementerio de Melo.

Algún día surgirá un dato certero que lleve al esclarecimiento del caso.

También le podría interesar

Comentarios

Difunde esta noticia


-->