ABOGADO ANTICORRUPCIÓN PERUANO DESNUDA INSÓLITOS A
Escrito por Sergio Secinaro en la sección Política.
Publicado el 10/05/2020 17:21:17
Entrevista de Sergio Secinaro.-
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Honduras se encontraba en una profunda conmoción social a causa de la corrupción y el gobierno de Juan Orlando Hernández, decidió pedir ayuda internacional para combatir dicho mal y se presentó la OEA (Organización de los Estados Americanos) y se decidió conformar una misión llamada Maccih. Para presidir dicha misión, el secretario General de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, decidió confiar en el abogado peruano Juan Jiménez Mayor, que a su vez decidió contar con los servicios del también abogado peruano, Julio Abrbizu González, que posee un vasto currículum, con estudios en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile, en el International Center for Transitional Justice y en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH).
Arbizu ha sido Secretario Técnico del Consejo de Defensa Jurídica del Estado y Asesor de Bancada en el Congreso de la República del Perú. Asimismo, fue Consultor Adjunto del Banco Mundial y ha dictado de clases en la Dirección de Prevención de la Corrupción Administrativa en República Dominicana. Arrbizu en esta entrevista exclusiva con Crónicas del Este, detalla y acusa al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, de contratar personas sin preparación, manejar al organismo a su antojo y diversas irregularidades más, que nos dejan sencillamente, estupefactos. Un testimonio imperdible y digno del mejor thriller de Hollywood…
“HACER DE LA MISIÓN UNA ESPECIE DE BÁLSAMO PARA APAGAR LAS ANTORCHAS”
Estamos con Julio Arbizu, ciudadano peruano que integró una misión de la OEA en Honduras. Usted es abogado y está vinculado a las políticas anticorrupción y fue una de las personas que denunció una presunta corrupción, nada menos que del Secretario General, Luis Almagro. ¿Nos podría explicar cronológicamente cómo se dieron los hechos?
Arbizu – La misión se forma en el año 2016, a partir de una crisis que se había generado en el estado hondureño. Específicamente, casos de corrupción que se habían rebelado ante la sociedad y que dieron lugar a protestas de la gente, que llegaron a poner en jaque al gobierno de Juan Orlando Hernández. Las personas en las calles, la gente de a pie y la sociedad organizada, pedía entre otras cosas, a que se llamara a una misión internacional, similar a la que se había constituido unos años atrás en Guatemala. En ese contexto, Almagro, Secretario General de la OEA, envía a un emisario a negociar con el Presidente Hernández y también llegan algunas personas de la ONU, pero el Presidente Hernández, decide quedarse con la OEA y constituir lo que se llamó, la misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, la llamada Maccih, que dependía directamente de la OEA.
Para estos fines, Almagro nombra a un peruano, que es Juan Jiménez a cargo de la misión. Yo llego poco tiempo después que él se incorpora a la misión en Tegucigalpa.
“LO PRIMERO QUE HACE ALMAGRO ES ENVIAR A UNA URUGUAYA QUE SE LLAMA MARTA PACCHIOTTI”
¿Cuál era el cometido específico de esa misión?
Arbisu – Era básicamente, apoyar a las instituciones de la justicia hondureña para combatir la corrupción, en términos de litigio, pero también para diseñar políticas públicas, que permitiesen evitar la corrupción desde una perspectiva, más bien preventiva. Entonces había un mandato bastante amplio, que sin embargo, tenía unos candados muy serios que habían fijado, en las reuniones previas, tanto la OEA, como el gobierno hondureño. De esto nos dimos cuenta, ya en el momento de la ejecución del trabajo.
A mí no me queda duda después de mucho tiempo, ya y evaluando el asunto en restrospectiva, que las conversaciones que hubo entre Almagro y Hernández, a través del enviado de la OEA, fue la de hacer de la misión, una especie de bálsamo para apagar las antorchas… No tengo ninguna duda, lo puedo afirmar absolutamente a partir de lo que yo viví en Honduras, que fue casi dos años.
Y lo primero que hace Almagro, es enviar a una uruguaya, que se llama Marta Pacchiotti; que era una Señora, abogada tributarista, que no tenía ninguna experiencia en políticas públicas. Ninguna, ojo, ninguna. Que era una señora racista, clasista. Que tenía una especial inquina contra la gente de Centroamérica, especialmente, contra la gente del pueblo. Esto lo hizo implícito además, en grabaciones que quedaron como parte de una denuncia que hicimos nosotros contra esta señora y contra Almagro, por haberla llevado, sin que tuviera ninguna preparación.
Almagro nombró a esta Señora, jefa de una división de la misión, que era sumamente importante, que era el Observatorio, que tenía que ver con los datos de corrupción que llegábamos a obtener y que tenían una incidencia directa en las políticas públicas, que pudiera obtener el Estado hondureño para luchar contra la corrupción. Entonces, era ni más ni menos, que la jefa de esa oficina. Una Señora sin ninguna preparación. Es más, yo diría, que preparada para lo contrario y enviada directamente por Almagro, que era su amigo y según pudimos constatar, había sospechas de que tenían algo más que una relación de amistad. Eso salió en un diario de allí, que se llama El Bocón… Seguramente lo podrán corroborar ustedes mismos.
Pero la Señora Pacchiotti no llegó sola, llegó con una amiga. Una amiga con la que veraneaba en Punta del Este, según su propia versión, que en verdad, era algo menos inoperante que ella y por lo tanto, trataba de hacerle el trabajo; porque Pacchiotti se dedicaba todo el día a ejercitarse en su apartamento en Tegucigalpa.
Pero todo eso hubiera sido menor, si no nos enterábamos después de algo mucho más importante y grave: supimos que había una persona de nombre Washington Abdala, amigo personal de Almagro, al cual se le encargaban trabajos para la misión, trabajos que él nunca hacía, pero por el que fue remunerado.
Lo pongo en conocimiento, Washington Abdala es un ex político del partido Colorado. Era del ala del ex Presidente Julio María Sanguinetti, que ahora es senador e integrante de esta coalición que están en el gobierno del Uruguay.
Le cuento que en el Uruguay nadie se explicaba, cómo Abdala había llegado a un puesto en la OEA. Fue algo muy sorpresivo.
Arbizu – A Abdala en realidad lo conocí a través de unos videos suyos, que intentaban ser graciosos, pero que no tenían mucho de humor, sino más bien de ridículo…
“SUPE QUE EL SR. ALMAGRO LE DEBÍA ALGUNOS FAVORES A ABDALA”
Cuando se disfrazaba de Batman, dice usted.
Arbisu – Se disfrazaba de Batman y era bastante más recordado por eso, que por su actuación política. Por lo menos en lo que pude leer de él, porque además, me tocó investigar quién era. Después supe que el Sr. Almagro le debía algunos favores a Abdala y probablemente, los había terminado saldando. Porque Abdala integró una comisión en el Parlamento, que le tocó ver la sanción al Sr. Porto, que también es otro uruguayo que trabaja en la OEA. Se estudiaba una sanción cuando, Porto, me parece que era viceministro de Economía y el Sr. Abdala, votó, según recuerdo y ustedes sabrán mejor esta historia, a favor de levantar la inhabilitación al Sr. Porto. Entonces el Sr. Porto, que es prácticamente la mano derecha de Almagro en la OEA, le debía esta ayudita a Abdala. Así que yo sospecho, tengo una sospecha fundada, de que esto es una retribución.
Pero Arbisu, usted dijo algo que es muy grave: ¿A Washington Abdala se le encomendaba trabajos que no hacía?
Arbisu – Pero por supuesto. Nunca los hizo. Un sujeto además encomendado a hacer trabajos de Derecho Penal. Yo soy penalista. Abdala envió hasta dos borradores que tuve que revisar y cuando vi el resultado de su presunto trabajo, la verdad es que daba risa. El Señor no podría haber realizado ningún caso con sus habilidades, por lo menos como penalista, del trabajo que se le encomendó y tanto no lo hizo, que lo terminé haciendo yo…
¿Pero cobró esos trabajos?
Arbizu – Sí, sí. A mí me dijeron que Abdala los había cobrado y no tengo ninguna duda de que fue así. Yo no sé si él fue funcionario o fue nombrado en la OEA. Me parece ridículo e increíble.
“ERA UNA SEÑORA RACISTA, CLASISTA, DISCRIMINADORA”
Abdala estaba como asesor u algo así de la OEA. No recuerdo bien.
Arbizu – Al igual que la Sra. Pacchiotti, no tenían la más mínima formación para poder integrar una misión y hacer trabajos de los que se requerían que tuviera la Maccih. Y eso a nosotros nos pareció que era muy grave, porque entraña un acto de corrupción.
La misión se solventaba con aportes de los países de la Unión Europea, de Estados Unidos y países de la región también. Había un presupuesto de entre 10 y 12 millones de dólares, que era bastante más que el presupuesto regular de la OEA. Por eso a Almagro le interesaba que la misión tuviese ese encargo, porque la OEA antes de la Maccih, estaba absolutamente quebrada. Pero con esto se tenía un dinero, que aparentemente se pudo disponer de manera arbitraria, al albedrío del Sr. Almagro. Entonces a mí no me cupo en ningún momento la menor duda, de que aquí había algo muy serio. Nosotros lo denunciamos en Inspectoría. Están los documentos en Inspectoría de la OEA, donde decimos que el Sr. Abdala, no estaba capacitado para hacer los trabajos que se le habían encargado y que sin embargo, se le había pagado. Denunciamos también la contratación de la Sra. Pacchiotti y la actitud que tenía con la gente de la misión y con los ciudadanos de Honduras.
¿Cuál era la actitud de esta mujer?
Arbizu – Era en verdad una actitud avergonzante. Era una Señora racista, clasista, discriminadora; con una altanería inadmisible para una persona que forma parte de una misión relacionada a los Derechos Humanos; porque claramente, cuando se lucha contra la corrupción, se lucha por los Derechos Humanos. Eso para nosotros era la principal ironía: estar en una misión de los Derechos Humanos y teníamos una persona que los violaba permanentemente.
Después nos enteramos de varias cosas más, entre otras, de que uno de sus asesores principales (de Almagro), el jefe de la oficina encargada de los asuntos electorales de los países, de la que forman parte las misiones que van a observar las elecciones en diferentes países, era un señor mexicano de apellido, Guerrero, que cuando llegó la elección mexicana, le pidió licencia a Almagro y éste se la concedió y Guerrero fue a su país a ser asesor del PRI (un partido político mexicano) y luego volvió a la OEA y sigue ahí.
“SE SUPO QUE HABÍA CIERTO COMPROMISO DEL GOBIERNO DE PEÑA NIETO CON ALMAGRO”
Aquí tenemos intereses cruzados o encontrados, porque tenemos el caso de que esta persona es integrante de la OEA, fiscaliza elecciones en diferentes países y a la vez, se le concede permiso para ser asesor de un partido político en su país y regresa al organismo.
Arbizu – Pero lo hizo y lo hizo con la venia, el permiso y la anuencia del Sr. Almagro. ¿Por qué? Después se supo, que había cierto “compromiso” del gobierno de Peña Nieto (ex Presidente de México) con Almagro.
Y todo este contubernio de que la misión iba a nacer muerta, tiene ahora una explicación y es que Honduras votó por la reelección de Almagro, obviamente.
Otra cosa que a mí me llamó poderosamente la atención, es que el Sr. Almagro, en realidad nunca facilitó la labor de la misión; por el contrario; el presupuesto de la misión se manejaba en Washington, en la oficina de Almagro y no en Tegucigalpa, donde era el lugar operativo, que era donde se tomaban las decisiones y se hacía trabajo. Nosotros si queríamos contratar a alguien, teníamos que hablar con Washington. Si teníamos que comprar algo, teníamos que hablar con Washington. Nosotros necesitábamos seguridad, porque Tegucigalpa es una ciudad bastante insegura y nunca se nos dispuso la seguridad internacional que pedimos. Nosotros teníamos que contar con guardias de la policía hondureña, siendo que nosotros investigábamos a la policía hondureña.
“ME QUITARON LA SEGURIDAD, ME QUITARON EL TELÉFONO, SE METIERON EN MIS CONVERSACIONES DE WHATSAPP”
Estaban totalmente expuestos.
Arbizu – Absolutamente. Cuando todo esto pasó, al final de mi estancia en Tegucigalpa, yo me molesté muchísimo, porque Almagro envió una carta a Juan Orlando Hernández, diciéndole que la misión se había tomado atribuciones que no tenía o algo así. Porque nosotros habíamos decidido investigar la muerte de un activista de Derechos Humanos, que se llamaba, Berta Cáceres; es una activista muy famosa, que es ganadora del premio Goldman, que fue asesinada en 2016, muy poco tiempo antes de que nosotros llegáramos y la íbamos a investigar, porque tenía una conexión con un caso de corrupción. El gobierno de Honduras se enojó muchísimo y fueron a hablar con Almagro y cuando Jiménez fue a hablar con Almagro también, Almagro no lo recibió. No lo recibió, porque ya había recibido a los emisarios del gobierno de Hernández, que se habían ido a quejar. Un mes después llega la carta, diciendo que nos habíamos pasado de atribuciones. Claro, Almagro pensaba que nosotros íbamos a ser muy suaves. Yo sospecho que él no vio mi biografía y en ese momento, denunciamos todo lo que teníamos que denunciar.
Renunciamos. Yo estaba en Ginebra en ese momento, porque estaba invitado a dar una conferencia y de pronto, también Almagro le llega a Ginebra y si no me equivoco, nos alojamos en el mismo hotel y me manda un emisario a decirme que quería conversar conmigo; yo le dije que en ese momento estaba por hablar en la conferencia y Almagro puso algo en su Twiter, sobre mis denuncias, porque estaba también denunciando lo de Pacchiotti. De forma que él se enteró absolutamente de todo y no movió un dedo y como nosotros renunciamos…
Yo regresé a Tegucigalpa, me quitaron la seguridad, me quitaron el teléfono, se metieron en mis conversaciones de WhatsApp. Se metieron en las conversaciones de WHatsApp de Jiménez, el jefe de la misión y regresamos a Lima y ya en Lima, yo me moví para hacer las denuncias por los canales correspondientes. Denuncié todo lo que pude, estuve dos veces con Carmen Aristegui en CNN, junto con un juez chileno, que conjuntamente conmigo, denunció todo lo que había pasado allí. Se trata de Daniel Urrutia, que es un juez muy conocido en Chile y denunciamos todo cuanto pudimos y sin embargo, nunca tuvimos eco, nunca tuvimos a nadie que se hiciera cargo de las denuncias o que dijera algo más.
¿Ustedes hicieron formalmente las denuncias que me describió en la OEA?
Arbizu – Así es.
¿Nunca nadie los llamó para ver en qué estaban las denuncias?
Arbizu – Teníamos un contacto en Inspectoría, que era un conocido de Daniel Urrutia, el juez que ya le digo, porque algunas denuncias las hice yo y otras las hizo Daniel. Y esta persona nos decía como iba el proceso, pero nunca como terminaba y de hecho, nunca supe de una resolución.
O sea, no se sabe si se investigó algo o no pasó nada.
Arbizu – Yo creo que no se hizo nada. Creo que eso ponía en problemas a la más alta autoridad de la organización y sospecho que no hicieron nada.
Todo lo que usted nos está contando en un organismo tan importante como la OEA, en una persona que reviste un cargo tan alto como Almagro y que pasen cosas como las que usted nos cuenta, parece el guión de una película. ¿Me entiende que a la gente común le cuesta creer que estas cosas pasen a ese nivel?
Arbizu – Absolutamente, pero a veces la realidad supera a la ficción y creo que este es uno de los casos más clamorosos de esto. Lamentablemente esto no es una anécdota, sino que la actitud de este Señor, el manejo de la organización, ha afectado gravemente a un país en particular, que es Honduras, pero creo yo además, que toda su gestión, ha afectado a la misma institución de la OEA y la desatención de los problemas reales que tiene la región. El Sr. Almagro vive empeñado en su único tema, que es Venezuela y olvida convenientemente, una serie de problemas que tiene la región y además, creo que ha puesto en aprietos cualquier tipo de solución en Venezuela.
En vista de su experiencia: ¿A qué intereses obedece Almagro?
Arbizu – No me queda ninguna duda de que Almagro es un monigote de EE.UU y de hecho, Trump llamó a votar por Almagro. No me cabe ninguna duda de que hay un juego que hace Almagro, que ha puesto a la OEA para ciertos efectos, aunque hay todavía algunos recodos donde hay cierta independencia y estoy hablando por ejemplo, del sistema Interamericano de Derechos Humanos, pero en lo que corresponde a la Secretaría General, está dedicada absolutamente a los intereses de Estados Unidos y lo está por la presencia del Sr. Almagro, que no es otra cosa que una marioneta.
“SE CONSOLIDARÁ ESA SUMISIÓN A INTERESES PERVERSOS, A LOS CUALES APARENTEMENTE ESTÁ ACOSTUMBRADO EL SR. ALMAGRO"
Aparte, acusado de corrupción.
Arbizu – Yo lo puedo afirmar de manera contundente, no tengo ningún miedo. Si el Sr. Almagro quiere negar lo que aquí se dice, tendríamos que conversar sobre lo que pasó y tendríamos además, que revisar las denuncias que tengo documentadas ahora mismo. Tengo los sellos de cargo de las denuncias presentadas ante la propia Inspectoría; a ver qué dice de eso el Sr. Almagro.
¿La OEA con toda esta gestión está herida de muerte?
Arbizu – Sí, sí. Me hubiera gustado decir que no. Me hubiera gustado decir que hay alguna luz al final del túnel, pero creo que después de un período nefasto de Almagro, se viene un periodo más, donde seguramente se consolidará esa sumisión a intereses perversos, a los cuales aparentemente está acostumbrado el Sr. Almagro. Así que no me cabe duda de que sí, está condenada a morir.
¿Quiere agregar algo más?
Arbizu – Sí, la OEA de Almagro avaló la reelección de Juan Orlando Hernández, cuando la constitución la prohibía. La Corte Suprema estaba dominada por Hernández y entonces sacó una interpretación a gusto de Hernández y convalidó la reelección. Hubo protestas muy fuertes y sin embargo, lo que hizo Almagro, fue enviar de veedor a un ex ministro de la dictadura de Banzer en Bolivia, el “Tuto” Quiroga, que también fue Presidente. Ese fue el jefe de misión que fue Honduras a mirar la elección.
Gracias por la comunicación y por concedernos esta entrevista.