Y así fue, Martita le metió a Luisito el primer sapo en el bolsillo, y Luisito ya no sabe qué hacer con él.

El combustible tiene que bajar, es una promesa, pero la pregunta es… ¿a quién le metemos la mano en el bolsillo esta vez?

Estacioneros y Distribuidoras ya pusieron para el esfuerzo hace un par de años desde que les quitaron el 10% y el 20% de su ganancia, la pregunta es, ¿a quién le toca el esfuerzo ahora?

 

¿LLEGÓ LA HORA DE BAJAR EL IMESI, MÁS ALLA DEL DEFICIT FISCAL DEL 5%?

 

¿LLEGÓ LA HORA CERRAR LA NEFASTA IMPRONTA DE ALUR Y SU ALCOHOL 3 VECES MAS CARO?

 

¿LLEGÓ LA HORA DE DEJAR EL MAL NEGOCIO LLENO DE PERDIDAS COMO LO ES EL PORTLAND?

 

¿LLEGÓ LA HORA DE QUE LOS BANCOS CEDAN PARTE DE SU BRILLANTE PARTE SUCULENTA POR CONCEPTO DE ARANCELES COBRADOS?

 

Según información que se habría filtrado desde el gremio de transportistas de combustibles, luego de una reunión mantenida con futuros jerarcas, el recorte lo harían nuevamente a la parte más débil y castigada de la cadena de distribución, las estaciones de servicio.

Además, Ancap dejaría de hacerse cargo del sobre costo de la distribución, que pasaría a quedar a libertad y merced de las distribuidoras que podrían libremente subir el precio a las estaciones de servicio, sin control ni regulación del estado, lo que sería igual que pescar dentro de un balde.

DE SER ASI, DEBERIAN TENER EL CORAJE DE LIBERAR EL PRECIO DEL COMBUSTIBLE COMO TAMBIEN LA IMPORTACION, REFINACION Y COMERCIALIZACION.

Las estaciones de servicio, no soportan otro recorte más, y por ende comenzarían los despidos, los seguros de desempleo, las informalidades y el BPS explotaría ya que este gremio nuclea a más de 10.000 familias.

 

Es que el futuro ministro Omar Paganini, se comprometió a seguir soportando el despilfarro de Alur, el desastroso negocio del portland, a no ceder el subsidio al transporte, en un país tragicómico donde existe un subsidio a la cerveza, de locos.

 

Según fuentes idóneas en el tema, la solución a este problema es liberar los precios del combustible y posterior liberación de la importación, refinación y competencia.

Por otro lado, otra de las soluciones podría ser que los bancos cedan un buen porcentaje de los aranceles que cobran por concepto de tarjetas de débito y crédito.

Otra opción es que Ancap comience a refinar más cantidad de crudo y venda su excedente en la región como se hizo en varias oportunidades con países vecinos.

 

Lo cierto que si el recorte vuelve otra vez a producirse en las estaciones de servicio, podríamos vaticinar que estallaría un caos a nivel de conflictos entre sindicatos, estaciones, y cierres de empresas, que no le haría bien al nuevo gobierno.