La interna Blanca no es ninguna novedad que está muy caliente y aún no está definida.

La llegada de Juan Sartori a nuestro entender, significó el final de las pretensiones presidenciales para Antía y Verónica Alonso.

La gran mayoría de la estructura que con plata está armando Sartori han sido dirigentes de medio pelo que no estaban con Lacalle Pou y estaban viendo para que lado inclinarse.

Larrañaga luego de llegar a las firmas necesarias para votar su propuesta de seguridad, comienza la campaña real y buscará seguir con el impulso positivo que le representó esa sociedad con la gente en el tema más importante.

Lacalle está atento, no quiere mover mal una ficha porque aún no tiene la partida ganada, aunque va primero.

Detrás de Lacalle hay varios prendidos para en la interna lograr la mejor posición y posicionarse en el futuro.

Álvaro Delgado viene en picada libre a pesar de ser el líder de la lista casi diríamos oficial de Luis. García viene muy bien, y ha tenido apariciones en la prensa y en el parlamento que lo han valorado mucho.

La 71 es la misma mafia de siempre, del viejo Herrerismo, todo un entramado de maniobras electorales comandados por Heber y Penades que siempre dan sus frutos electorales, pero que viene en franco descenso elección tras elección.

Y Enciso salió hace relativamente poco y es el referente del interior de Lacalle Pou.

Un bicho político rápido como un rayo, que no da puntada sin hilo.

Se jugó una gran parada y por ahí una encuesta lo dio liderando a los senadores posibles.

En los últimos tiempos, el rumor ganó la calle que Delgado y Enciso unirían esfuerzos, pero está lejos de la realidad.