AHORA SE QUIERE LLAMAR LUIS
Escrito por Jorge Bonica Sierra en la sección Política.
Publicado el 28/12/2018 02:10:11
Hay una sensación generalizada desde las últimas elecciones internas del Partido Nacional que Luis Lacalle Pou, más allá de su triunfo electoral, es el gran favorito para repetir el triunfo.
Hay varios aspectos importantes de sus estrategias que se resaltan.
Su juventud es un arma importantísima utilizada por los asesores de Lacalle Pou.
Sigo pensando y analizando en el tiempo que aquella pirueta en una columna no fue casualidad como quiso parecer, nada es casualidad en el día a día de este candidato.
Alejarse de la figura de su padre, que fuera presidente del país, fue una apuesta muy fuerte en su momento.
Al no aparecer Lacalle, el objetivo fue formar un candidato a presidente y dejar de lado al “hijo del presidente”.
Luisito, Lacallito, el Mequetrefe, Agrandadito y El Cheto, deberían enterrarse definitivamente.
Y ahora viene Luis, un nombre de hombre, intenta darle un formato definitivamente de posible presidente.
Es que la imagen de Lacalle Pou no es presidenciable, no se le ve como para ejercer un cargo tan importante.
Recordemos que la historia reciente nos coloca a Sanguinetti por dos veces, a su padre Lacalle Herrera, Jorge Batlle, Mujica y dos veces Tabaré Vázquez en el lugar de un presidente.
Toda gente grande de edad, que a los uruguayos les da una imagen de seguridad históricamente.
Lacalle Pou es el único pre candidato de todos los partidos, que su principal entorno asesor, es gente joven, moderna, que domina el marketing político con precisión y no solo está al tanto de lo último en la materia, sino que también, es el único que estudia día a día el tema.
Y Lacalle Pou es un buen alumno, hace caso, no se sale del guion, interpreta y actúa.
Debemos decir claramente, que además de esta propuesta moderna, hay recursos para llevarla a cabo.
Hablo de muchísimo dinero, pero mucho de verdad. ¿De dónde sale tanto dinero?
¿De dónde llega y como llega a la caja de Lacalle Pou?
Claro que sintió un enorme alivio que no se lograra aun cambiar las reglas de juego para la financiación de los partidos políticos.
Hoy sigue funcionando la famosa caja negra de los partidos políticos.
El dinero no es el problema de Lacalle Pou, heredó muchas cosas malas de su padre y su madre en relación a la imagen política, eso es cierto y las está terminando de cambiar.
Pero es cierto también, que heredó otras cosas muy positivas.
Su padre jugó en la cancha grande, manejó el dinero del país, le deben muchos favores importantes.
Heredó Luisito el relacionamiento con los medios de comunicación, recordemos que Lacalle siendo presidente, otorgó más de cien ondas radiales y televisivas a lo largo y ancho del país.
Cientos de empresarios muy importantes, que sigue aportando a las campañas del hijo, cuando tenían sus buenos acuerdos con el padre.
Y heredó EL HERRERISMO, que si bien la estrategia es no mostrar la importancia que tiene realmente detrás de Lacalle Pou; ahí está el verdadero titiritero de la candidatura presidencial.
Y el Herrerismo (Penades, Heber, Trobo, Cardoso, Borsari), han sido los grandes recaudadores del financiamiento necesario.
Uno de los últimos ejemplos claros ha sido el ex suplente de diputado de Penades, que fue obligado a renunciar abruptamente tras el quiebre de su financiera que dejó el tendal de los cheques sin fondo y deudas con privados por más de 10 millones de dólares que nunca más aparecieron y que va a terminar indefectiblemente en la cárcel para ese financiador de la última campaña.
Muchos nos preguntamos….
¿A dónde fueron a parar esos millones de dólares que hoy están en la justicia reclamando sus dueños que prestaron al suplente de Penades?
Sin duda que, con poco margen de error, se puede presumir que fueron utilizados para la campaña electoral pasada y en la que se viene.
Junio y las elecciones internas son de vida o muerte para Lacalle Pou y todo hace pensar que sigue siendo favorito, con mucha plata en caja, con mucha prensa buena, con buen asesoramiento y sabiendo cual es el camino que van a transitar hasta junio.
Por eso, ahora es LUIS, solito, sin apellido, el señor Luis, el Presidente Luis.
Personalmente como viejo político analista de la política, entiendo que es la manera adecuada, de acuerdo a lo que aprendieron en la universidad sus asesores.
Pero estamos en el Uruguay, algo que no lo han tenido en cuenta.
La población uruguaya es muy diferente a todo lo conocido y Pedro Bordaberry quiso recorrer un camino similar.
Todos sabemos el resultado.
¿Por qué eliminar la figura de su padre hace ya casi 10 años?
¿Tan mal visto está el ex presidente como para no querer mostrarse junto a su propio padre?