Y la clase política es privilegiada, aunque a ellos no les guste que se los denomine, siquiera "clase"; pero en realidad son una clase social. Los políticos son seres afortunados que "caprichitos", en forma permanente.

A ellos no les gusta que se los trate así y quieren pasar desapercibidos, tratan de disfrazarse de seres comunes y corrientes, de trabajadores, de personas preocupadas por "el bien común"; ese concepto tan difícil y abstracto para cualquiera de ellos.

Lo cierto es que estos señores gozan de toda clase de privilegios, mientras los ciudadanos comunes solo tienen que dedicarse a las 8 horas para sobrevivir. Todavía el dedicarse a las 8 horas, no es ninguna garantía de que se pueda salir a flote, ya que es algo muy complicado el solo hecho de sobrevivir en nuestro país y no solo a veces el sueldo no da; sino que tampoco la economía de mercado; esa que tanto los políticos aman, nos da siquiera trabajo.

Muchos uruguayos y uruguayas tienen que trabajar muchas horas para llevar un plato de comida para sus hogares y algunos los llevan a duras penas. En otros casos, como en la castigada clase media, se puede decir que esos uruguayos, tienen que trabajar, hacer sus aportes, pagar los impuestos, contribuir con gastos para el Estado, que lo acribilla por todos lados con sus tarifas públicas y sus impuestos de todo tipo y color.

No queda otra que agachar la cabeza y seguir para adelante de alguna manera; no hay otra que seguir luchando por la familia, por los hijos y por un futuro más venturoso; futuro que muchos compatriotas proyectan en lejanas tierras cansados de correr tras la liebre y nunca alcanzarla.

Pero no todos los uruguayos son tan sacrificados, pues hay muchos que son privilegiados y que viven haciéndose los gustos en todo sentido. Esos uruguayos privilegiados son los políticos profesionales que se pueden dar el gusto de gastar sin mucho miramiento, porque tienen la "gallina de los huevos de oro" y esa gallinita tiene por nombre Estado. Mientras usted compra todo con mucho sacrificio y llora cuando vienen las tarifas de UTE, ANTEL, el Banco de Seguros y tantos cánceres que mantenemos los "uruguayos privados"; otros la pasan "bomba".

Para ellos no existen los despidos imprevistos, ni hay recortes de horas extras; tampoco sufren de crisis de ninguna parte del Mundo; a ellos no los afecta la caída de la bolsa en Japón, ni en Nueva York, ni acá mismo. Es más, están ajenos a todo eso, pero pícaramente viven de todos esos miedos; del miedo de la gente y así les hacen creer a la ciudadanía que son seres muy sacrificados que velan por nuestro bienestar.

Si uno no los conociera, diría que son súper humanos, con valores de gente fuera de lo común, que viven para hacer el bien al prójimo muchas veces a costa de sus propios intereses.

Lo cierto es que estos señores viven muy lejos de las inquietudes de los ciudadanos comunes y como manejan la caja chica, lo que usted piensa 10 veces en gastar, estos señores lo hacen "alegremente" y sin medir las consecuencias, ya que lo que para usted es mucho dinero, para los dineros del Estado no es nada mas que una bicoca y así se pueden dar todos los gustos en sus despachos, mientras trabajan para todos nosotros. Pongamos varios ejemplos prácticos...