VALORES Y LÍMITES ES LO QUE PERDIERON LOS POLÍTICOS

Escrito por El Bocón en la sección Política.

Publicado el 02/12/2016 14:33:49
VALORES Y LÍMITES ES LO QUE PERDIERON LOS POLÍTICOS

En los últimos 20 años se ha mencionado permanentemente en muchos ámbitos sociales y políticos de nuestro querido Uruguay, las palabras valores y límites. "Se han perdido los más esenciales valores", es una de las frases reclamantes más reiteradas que hemos escuchado en los medios de comunicación, casi siempre expresados por los principales referentes políticos y sociales de nuestro país. Se refieren esencialmente al respecto y la fidelidad, que los niños aprenden de sus primeros días, hasta que en algún momento como es lógico, abren sus alas y comienzan a volar su propia vida.

También se ha hablado de límites, que es algo absolutamente natural en la crianza y enseñanza de los niños y adolescentes en el ámbito familiar y lógicamente, en la enseñanza primaria o secundaria.

También recuerdo perfectamente, que en otros tiempos no tan lejanos, hablábamos de la maestra de nuestros hijos, como si fuera su "segunda madre", algo muy reiterado y natural, ya que es sabido que muchas veces en primaria principalmente, nuestros hijos están más horas junto a su maestra y compañeros de clases, que con los propios padres. Más aún cuando fue necesario crear e implantar las escuelas de tiempo completo, es decir que los chicos ingresan a las 8 de la mañana y salen de la escuela a las cinco de la tarde.

Allí pasan no sólo las horas de clase normales, sino que además se alimentan con tres comidas: el desayuno, el almuerzo y la merienda. Recuerdo una charla de la inauguración de una escuela de tiempo completo del barrio Mandubí en la ciudad de Rivera, donde se hacía especial hincapié en la merienda de los chicos, porque se sospechaba que en muchos de ellos, esa taza de café con leche, se sospechaba que ese alimento ingerido, era el último del día hasta la mañana siguiente, de regreso a la escuela.

La situación social que va de la mano de la economía del país y de los sueldos que ganan los trabajadores, hizo que se comenzaran a implementar este tipo de escuelas de tiempo completo, cumpliendo en primer lugar, las carencias y necesidades que miles de familia enfrentan diariamente.

A partir de eso, se comenzó a hablar de la cantidad de hijos que una familia pobre y a pesar de no tener los recursos necesarios para brindarle a sus hijos una vida digna, igualmente creaban año tras año. Parejas con siete, ocho y hasta nueve hijos, que no tienen la posibilidad de darles un sustento, si no fuera por la ayuda estatal.

También aparecieron instituciones benéficas y otras religiosas, que han tenido que enfrentar el problema como propio y se está en búsqueda permanente, de ayuda por parte de quienes están bien, para que puedan de alguna manera apadrinar a aquellos que no tienen.

 La ignorancia, la falta de educación y experiencia, han hecho que familias muy humildes miren como objetivo, el cobro de la ayuda social y pretender creer, que cuantos más hijos tienen, mayor será el ingreso económico que tendrán de parte del Estado uruguayo.

Allí nos pudimos dar cuenta claramente, que la educación estaba fallando y que se estaban perdiendo las bases educacionales, que habían sido hasta hace dos décadas atrás, la base y el orgullo de todos los uruguayos, no sólo en nuestro país, sino que era la visión que dábamos al exterior.

Pero hay un tema que aún la sociedad no ha querido enfrentar o quizás no ha visualizado como corresponde. Mientras los uruguayos de clase baja han tenido que ser sumamente creativos y luchadores para enfrentar la vida por la falta de recursos económicos, en frente a ellos hay una clase social privilegiada, que gana sueldos astronómicos y que además administra en forma totalmente desprolija y delictiva los dineros públicos. Me refiero a la clase política, que gana hasta mil veces más mensualmente, que lo que puede recaudar un trabajador.

Mientras que las esposas de los trabajadores han tenido que abandonar sus hogares, en búsqueda de un trabajo, para aportar un dinero sumamente importante, para intentar llegar a fin de mes, las esposas de los políticos o bien se mantienen como amas de casa, criando y educando a sus hijos o increíblemente, están acomodadas en empleos públicos, a pedido de sus propios esposos. Esta situación que hace algunos años parecía irreversible, hoy ya empieza a ser conocida popularmente por la gran mayoría de los uruguayos.

Recorremos permanentemente gran parte de nuestro país y no sólo conversamos con infinidad de personas de toda clase social, sino que aprendimos algo mucho más valioso que hablar: es escuchar a la gente.

Creo que ya se está terminando de tomar conciencia de esa situación, que estábamos explicando y si bien los uruguayos somos mansos, ya es colectiva la idea de ponerle límites y exigirles valores a la clase política uruguaya.

En ese camino estamos transitando y es claro que aquellos que despilfarran delictivamente miles de millones de dólares, que serían parte de la solución para los más carenciados y necesitados, hacen todo lo posible por permanecer en esa situación de privilegio y para eso abusan del poder, legislando mirándose el ombligo y salen a los medios de comunicación sus cómplices perfectos, a dar un discurso que no sólo no sienten, sino que saben va dirigido a engañar e intentar cada 5 años, arrebatar el voto popular a la gente.

Tengo la esperanza basada en hechos claros y concretos, que los uruguayos estamos tomando conciencia de esa situación y que ya sabemos que el dinero que nos falta a miles y miles de familias uruguayas para vivir dignamente y poder educar, alimentar y vestir a nuestros hijos, está en manos de una pequeña casta de privilegiados, que se han adueñado mediante artilugios jurídicos y políticos, de la riqueza de nuestro país.

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