“YO NO CAMBIÉ NUNCA, NI CUANDO ESTABA EN BOCA, NI CUANDO ESTABA EN CENTRAL DE SAN JOSÉ”

Escrito por El Bocón en la sección Deportes.

Publicado el 18/10/2016 23:44:15
“YO NO CAMBIÉ NUNCA, NI CUANDO ESTABA EN BOCA, NI CUANDO ESTABA EN CENTRAL DE SAN JOSÉ”

En la cadena de radios conducida por Jorge Bonica se presentó como invitado central al ex jugador de fútbol Ariel Krasouski, que supiera brillar en Wanderers, con la selección uruguaya y Boca Junior de Argentina.

Habló en un reportaje impresionante, de la vida, de los valores, de las causas por las cuales ya no dirigía mas en nuestro fútbol y de Diego Armando Maradona, cuando compartió el medio campo con aquel chiquilín que venía de Argentinos Juniors.

Recordó cuando vivía en su San José natal, a una cuadra del estadio y sentía el apoyo de su madrina, que en todo momento “le daba para adelante”.

En aquella ciudad de San José, a la que amaba profundamente, Ariel pronto se destacó como futbolista jugando en su querido Central de San José y a los 17 años ya era titular de la selección maragata.

El presidente de Wanderers era Mateo Giri, que tenía muy buena relación con el equipo maragato y lo enrola en los bohemios.

Ariel llega a Montevideo y es citado por la selección juvenil que dirigía Raúl Bentancort para jugar el sudamericano juvenil de Venezuela de 1977.

De ese momento todavía recuerda cuando Raúl Bentacort lo había citado y haciéndole la ficha levantó la vista y le dijo: “¡Como me lo robó Wanderers a usted! Yo te quería para que jugaras en Danubio”.

Luego Ariel nos contó emocionado como iba todos los días a entrenar a Wanderers en ómnibus, ya que seguía viviendo en su ciudad natal; “estuve 5 años jugando en Wanderers y me iba todos los días desde San José, donde vivía. Hasta el año 1981, en que me fui a Boca Juniors”.

Agrega que todo era un sacrificio, “en aquel momento no es como ahora, que vas cómodamente sentado en un bus de primera. Yo recuerdo que venía parado, cansado. Me pasaba 4 horas del día viajando, terminaba llegando a las 11 de la noche a mi ciudad y me levantaba a las 5 para entrenar a las 8 al otro día. En nuestra época, de 20 jugadores, había uno solo con auto. Ahora ha cambiado mucho, algunas cosas para bien y otras para mal…”.

También se recordó el mundialito del año 1980, donde recuerda el triunfo uruguayo y también se refirió al tema de que hoy se lo relaciona con la política, ya que se dijo que ese torneo fue auspiciado por la dictadura militar para distraer al pueblo que vivía momentos muy tristes.

Cuando cuestionan a ese torneo por la política dice muy firme “…nunca me gustó mezclar el deporte con la política. Yo siempre quise jugar al fútbol y estuvieron en mi casa dos horas grabándome por la película y cuando la estrenaron estaba en el exterior y no fui. Me la han contado…pero no me gusta, porque aprovechan el momento, de que estaba arreglado… Vamos a decir las cosas como son, nosotros éramos jugadores de fútbol, yo quería progresar, hacer las cosas lo mejor posible y entrenaba para ayudar a la familia. A ese campeonato vinieron los mejores jugadores del mundo. Fue un torneo que se realizó en un momento complicado y eso es verdad, pero nosotros estábamos con la cabeza puesta en tratar de ganar. Ahora escucho, que salimos cuartos, terceros y eso antes no existía, había que ganar”.

Del referido torneo recuerda cuando antes de la final con Brasil, todos los jugadores querían ganar porque sino iban a quedar en la historia, como los uruguayos que habían perdido con Brasil una especia de “Maracaná a la inversa”.

Afirma Ariel categóricamente: “a nosotros nadie nos vino a decir el día antes de la final, que nos quedáramos tranquilos, que a Brasil le íbamos a ganar 2 a 1, que estaba todo arreglado, que esto era algo de la dictadura. No, no. Nosotros nos comimos 3 meses de entrenamiento en triple horario, en Rocha, en pleno invierno y ganamos el campeonato porque fuimos los mejores, nadie nos regaló absolutamente nada”.

Explica Ariel las causas de por qué la opinión pública hacia ese torneo es negativa: “ahora con todo este tema de quedar bien con el gobierno actual, minimizaron el campeonato mundialito y no tiene nada que ver. Yo tuve gente involucrada en lo que pasaba en el país, porque mi señora antes de casarse, iba a ver a un tío que estuvo preso en el Penal de Libertad. No tiene nada que ver algo deportivo, con lo que pasaba en el país”.

Luego del mundialito Krasouski nos cuenta que comienza a entrenar con Wanderers y comienza el torno argentino y recuerda haber visto el debut de Boca Juniors con Maradona recién comprado y todavía, como yapa, en la vecina orilla comenzaba a relatar Víctor Hugo Morales.

Nunca se pudo imaginar, que en pocos días estaría jugando al lado de esas tremendas figuras del equipo xeneise.

“Recuerdo que estaba con mis amigos, con Juan Cabrera y otros, en el río, en San José, escuchando la radio el debut de Maradona en Boca y de Víctor Hugo en Argentina como relator. Boca le ganó 4 a 1 a Talleres de Córdoba”.

Destacaba en sus palabras que el jugador uruguayo es único en su esfuerzo, ya que en Uruguay los jugadores tienen lo mínimo para trabajar y a veces ni lo mínimo.

Del pasaje en Boca recordó que cuando iba a debutar en Boca pensaba que Montevideo era grande y Buenos Aires lucía impresionante desde el avión. “¿Qué hago yo acá solo?” pensaba el maragato viendo la imponencia de “La Reina del Plata”.

De aquel plantel boquense recordó que lo dirigía Silvio Marzolini, quien era un tipo sensacional, para Ariel.

En materia de jugadores, aquel plantel estaba plagado de estrellas: “Pancho Sá, Pernía, Mouzo, Ruggeri, Mastrángelo, Perotti, Sanabria, Benítez, Brindisi, Morete y Diego Armando Maradona, que recién llegaba. El arquero de aquel fantástico equipo era legendario “Loco Gatti”.

“El Loco Gatti era ídolo del club, era un adelantado, jugaba con los pies, llegaba hasta la mitad de la cancha. A los arqueros se les cae el travesaño y los mata; a mi no; yo estoy adelantado, me decía” recordaba riendo en la nota, agregando con respecto a su personalidad, “Pero era un tipo muy especial, porque en la cancha era muy distinto, pero fuera de ella, era un ermitaño, no conversaba con nadie, concentraba solo, dormía solo... No tenía gente alrededor, le disparaba a todo el mundo, era un tipo raro”.

Luego jocosamente rememoró el día que “El Loco Gatti” apareció con la cara pintada como los jugadores de fútbol americano, todos pensaban que eran locuras del, pero hoy en día se ven y marca que “El Loco” en realidad no era un “loco”, sino un visionario.

Ariel no reparó en elogios hacia las condiciones futbolísticas de Diego Armando Maradona.

“Estuve la suerte de jugar con grandes jugadores: todos los que te nombré de Boca; además con Fernando Morena, Francescoli, Victorino, Ruben Paz, Venancio Ramos. Pero lo de Diego era una cosa fuera de todo…desde el año 1980 que estuve con él, ya uno veía que iba a ser un fenómeno, porque era distinto”.

Destacó que era tan buen jugador como temperamental, ya que destacaba que tenía una “mano en la zurda”. Pero también tenía una parte combativa, de tipo ganador, extraordinaria.

“Como jugador ganador, con personalidad, era el número uno del mundo también en eso” nos dijo Ariel rememorando lo que era “El Pelusa Maradona”.

“Lo vi jugar con el tobillo hecho pedazos, con desgarros, había días que no podía ni caminar”. Luego nos decía que para financiar ese gran plantel Boca, entre semana jugaba por todas partes del mundo amistosos para recaudar. Pero en todos ellos Diego jugaba a muerte, no se cuidaba y terminaban ganando el partido por él. 

Luego nos regaló Ariel una anécdota que es inédita y que solo los que integraban el plantel de aquel Boca Junior fenomenal la saben.

Nos dijo textualmente: “Maradona llegó sobre el campeonato, yo lo hice tres fechas de empezado. En el partido que debuto, termina el primer tiempo y nos fuimos al vestuario; cuando entramos al vestuario, Diego cerró la puerta y le dijo al técnico, que era Marzolini: espere un minuto que tengo que hablar con los muchachos. ¡Dejó al técnico afuera! El tenía 19 años…” comenta admirado el entrevistado esa insólita anécdota y prosigue el relato diciendo, “y Diego nos dijo en el vestuario con el técnico afuera: Muchachos agarré tres pelotas, ¿Por qué no me la dan? Y unos compañeros le dijeron que estaba siempre marcado, por dos o tres y Diego les contestó: muchachos yo voy a tener toda mi vida la mochila en la espalda. Ustedes no se hagan problema, denme la pelota a mi y yo me arreglo”.  

Entonces Diego luego de ese diálogo con sus compañeros, abrió la puerta y le dijo al técnico que podía pasar. Ese partido lo ganaron y Diego fue fundamental para la victoria.

“…aparte tenía lo que decimos los uruguayos, el tenía tres, no dos” comenta con respecto a su coraje.

Luego Ariel pasó a contar que se sintió defraudado por el fútbol uruguayo cuando ejerció de entrenador y afirmó “en los clubes en los que gané no me llamaron más” y agregó que para dirigir en Uruguay hay que “hacer mandados a unos y a otros”. “Yo ya tengo 52 años y no estoy para ser alcahuete de este o del otro para poder dirigir”.

Destacó que ahora está dedicado a otra cosa en el fútbol y que es un asesor de juveniles, que no es ser contratista y que colocó al hijo de Perotti en el Sevilla y al juvenil de Defensor, John Pirez, en el Chelsea.

Otra de las frases impactantes del ex 5 de la selección y de Boca, fue cuando sentenció, “el fútbol es muy ingrato, la gente se piensa que en el fútbol todo lo que brilla es oro. En el fútbol, hay más cosas tristes que alegres, a lo largo de la carrera de un jugador”.

Con respecto del fútbol uruguayo dijo que “han vendido todo, ya no les queda más nada para vender. Han regalado las cosas. Total…no es de ellos”

Jorge Bonica le comento que antes de hacer la nota, estaba leyendo un antiguo reportaje en Argentina a Ariel Krasouski, donde se definía como un tipo de palabra.

Ariel contestó “pueden decir que era malo o regular como jugador; pero no que era una mala persona. Que jamás pasó por arriba de fulano, que serruchó a este o que habló mal de fulano para sacar ventaja. No soy envidioso y soy así y no voy a cambiar. Mis hijos me han dicho que si quería dirigir, tenía que cambiar”.

“Yo no cambié nunca, ni cuando estaba en Boca, ni cuando estaba en Central de San José”.

Sin dudas que el Ariel, el maragato de siempre no va a cambiar su forma de ser…

“Me siento orgulloso de haberme criado en San José, en un barrio humilde, con mi madrina que me dio todo para que yo llegara. He jugado al fútbol, que era lo que me gustaba, he recorrido el mundo”.

“¿Qué más le puedo pedir a la vida?” 

Realmente Ariel se sintió sumamente a gusto con la notable nota realizada por Bonica y en ese sentido remató agradeciendo la misma y agregando como broche de oro:

“Esta fue una nota distinta, a mi me gustan las notas distintas y la verdad que no soy de hablar tanto, soy más bien tímido, pero hoy me enganché y aprovecho para mandarle un saludo grande a toda la gente del interior, porque yo soy uno más del interior…”.

Desde estas páginas solo te podemos decir un ¡GRACIAS! bien grande Ariel, por tu forma de pensar y por tus valores, en un ambiente como el del fútbol, que justamente necesita de gente como tú.

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