Era la mañana del viernes, con Jorge entregábamos el semanario a nuestros suscritores en la ciudad Minas.

 Llegamos a lo de nuestra suscritora Maria, allí estaba ella como siempre, frente a su humilde tienda que está frente al corralón. Nos brindo su saludo habitual, y se dirigió a nosotros como siempre que le llevamos el semanario, con ese buen humor que la acompaña siempre.

Fue ella que nos dio la desagradable noticia que nos sorprendió totalmente, nos costó creerlo, pero no había dudas, no era otra persona con el mismo nombre, era él.

Hacía 14 años atrás lo habíamos conocido y por cosas de la vida habíamos sido compañeros de trabajo, por cinco años, en la cafetería de la Terminal de Minas.

Él era mozo de profesión, un muy buen mozo, siempre comentábamos que el tendría que ser mozo de la capital, por como se desempeñaba.

 Tenía su estilo, era fino, muy atento con los clientes, amable, y siempre muy bien presentable.

Como compañero fue muy respetuoso, jamás faltaba a sus obligaciones, aunque tenía otro trabajo, también era funcionario municipal.

En aquella época él estaba casado y tenía tres hijos. Por cosa de la vida un día empezó una relación con una chica que recién había empezado a trabajar con nosotros.

 Luego puso fin a su matrimonio, y afirmaron la relación con esa joven, que llevaron adelante por 13 años, y de la cual tuvieron hijos.

Hace un año atrás estuve con ella y me dijo que por cosas de la vida, se había separado.

A él algunas veces lo veía, pero no era  el mismo hombre de aquella época, las pocas veces que lo vi, lo notaba como triste, como sin muchas ganas de disfrutar de la vida.

Seguía trabajando en la comuna, hacía un tiempo lo habían sacado de la calle, y lo tenían trabajando en los galpones del corralón.

Tenía 52 años, ¡cuantas cosa aún por hacer! Pero por cosas de la vida, se ve que para él, ya no tenía sentido vivir. Hacía tres días que estaba desaparecido, cuando nos enteramos hacia pocas horas lo habían encontrado flotando en las aguas de la represa.

Por cosas de la vida, Carlos decidió ponerle fin a su vida, vaya a saber que hizo que por un segundo su mente lo traicionara, llevándolo a la muerte. Difícil de creerlo, pero se había quitado la vida, personalmente no se si estaba mal por algo, o que lo empujó a eso.

Quizás las personas que compartían horas con él, sepan si algo lo tenía mal, o se cansó de la vida. No se si tenía pareja o estaba solo, quizás alguien le ocasionaba demasiados problemas, y no quiso seguir aguantando. Vaya a saber si había algo que lo hacía sufrir demasiado.

 No hay justificación para quitarse la vida, pero cualquiera puede tener ese momento de desesperación, y cometer esa gran locura.

 Pienso que debe ser un momento en el que ves todo negativo, y en un segundo te descontrolas, y llegas a cometer ese irreparable error.

Que pena que en ese momento que se sintió tan mal, no recurrió a alguien para que lo contuviera, pero se entiende que en ese instante no se piensa, lo único que debes querer es morir, y por eso no salís a pedir ayuda.

Duele cuando te enteras que alguien que conoces se muere, pero afecta más, cuando te dicen “se mató”, cuando por sus propios medios buscan, y adelantan la muerte.

 Seguro que si Carlos hubiera podido ganarle a ese instante que tuvo de depresión, hoy estaría contento de seguir viviendo, pero por cosas de la vida, no contó con una segunda oportunidad de vida, y tuvo un triste final, ese final que el se lo buscó. Ojala se pueda saber el, o los motivos que lo llevaron a tomar esa trágica determinación, aunque nada se pueda hacer, siempre es bueno saber el porqué.

Sea como sea, por cosas de la vida, él adelantó su partida al más allá, hoy muchos lo lloran.

Lo triste de este hecho es que seguro esto no era lo que él realmente quería para su vida, tuvo esa debilidad en ese momento, y no pudo salir para dar marcha atrás.

Carlos quedará en el recuerdo de cada uno de aquellos, que un día, por cosas de la vida llegaron a conocerlo.